¡Hágalo! aunque tenga miedo

Dejemos el miedo atrás y actuemos movidos por la valentía.

Estamos viviendo un momento sin precedentes para la humanidad, una historia terrible que solo se imaginaba en relatos insólitos que solían ser poco creíbles, exagerados e irreales para un mundo que estaba desarrollado y controlado por sectores políticos y económicos que nos generaron por mucho tiempo atrás una estabilidad a nivel social.

Hoy el mundo entero, se enfrenta a una realidad distinta, una crisis existencial que nos invita a estar en casa, a cuidarnos los uno de los otros para sobrevivir. También nos demuestra una vez más que somos seres tan vulnerables y con poco poder delante de Dios que es nuestro padre celestial.

Toda esta situación caótica, confusa y llena de incertidumbre frente al panorama internacional me mueve a preguntarte ¿Qué significado tiene la vida para ti hoy?

En medio del silencio de la noche, me permití responder esta gran pregunta y en mi caso descubrí que la vida es un regalo de Dios. Limitado por el tiempo, el miedo, el amor y la muerte, ya que, en medio de nuestro diario vivir no comprendemos el sentido de nuestra existencia, las enseñanzas que nos regalan las personas con quienes nos conectamos y el aporte que podemos regalar a la humanidad cuando desarrollamos nuestras capacidades y dones.

Sin duda alguna, este tipo de experiencias me lleva a comprender las letras de una canción llamada “todo cambia” interpretada por Mercedes Sosa, te comparto dos estrofas:

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño…………..

Cuando aceptamos la realidad que todos vivimos en este tiempo de pandemia, es posible que al igual que yo, hallas sentido emociones como; el abandono, el apego, la bondad, el asombro, la tristeza, el miedo, el arrepentimiento, la confusión, la curiosidad, el desaliento, la desmotivación, el duelo, el enojo, el fracaso, la fragilidad, la fobia, la humillación, la irritación, la intriga, la lastima, la melancolía, la nostalgia, la obligación, el repudio, la pesadumbre, la precaución, la pereza, el rechazo, la reserva, la solidaridad, la serenidad, la seguridad, el temor, la templanza, el vacío, la valentía y la vulnerabilidad.

No sé cuál sea tu emoción específicamente, pero estoy segura que te habrás cruzado con alguna de las mencionadas y eso no está ni bien o mal, simplemente es cuestión de reconocer y de ponerle un nombre a lo que estas sintiendo en tu corazón y a lo que estás pensando en tu mente, cada uno con sus razones asumirá y contara su experiencia vivida.

Pero más allá de eso creo que, de eso se trata la vida misma y los seres humanos tenemos la capacidad de; razonar de manera objetiva y de sentir emociones, de superar obstáculos para poder avanzar, de enfrentarnos a la realidad para vencer los miedos que muchas veces nos paralizan y sobre todo para reconocer que con cada experiencia que vivimos tenemos una oportunidad de crecer y de ser mejores personas.

Aunque no tengamos hoy la misma estabilidad de hace unas semanas atrás, es importante saber que cuando tenemos miedo a algo, la vida nos invita a cambiar, lo viejo por lo nuevo, lo increíble en creíble y lo frágil en fuerte.

Por eso es necesario asumir una actitud positiva frente a la situación, porque las personas que viven cuestionando todo y analizando cada ángulo “si esto pasa y sino pasa lo otro” se convierten en ese tipo de personas que nunca disfruta la vida.

Así que te invito a que reconozcas lo bueno y lo malo de esta circunstancia.

También es importante tener la certeza de que todo pasa para un propósito mayor en nuestras vidas. De modo que, si en algún momento te conectas con la duda, la indecisión y el temor, lo ideal es que aprendas a confiar en Dios.

Así que te invito a que ores más, a que le dediques tiempos a leer la biblia y a meditar en medio del silencio acerca del sentido de tu vida.

Finalmente te recomiendo que emprendas acciones valientes para luchar contra el miedo y te atrevas a enfrentarlo a través de conversaciones contigo mismo, con las personas que te rodean en tu entorno familiar y con aquellas que tienes alguna conversación pendiente.

Así que te invito a que declares palabras y pensamientos positivos, optimistas, llenos de amor y sobretodo de mucha fe.

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