Como Venezuela

Para el año 2018 en el país del Sagrado Corazón de Jesús se realizaron los comicios electorales que dan soporte a la “democracia”, por aquella época solo tres de los candidatos ocupaban la atención de la gran mayoría de los colombianos.

Germán Vargas Lleras, Gustavo Petro e Iván Duque Márquez cada uno de ellos expresaba representar un sector: el primero heredero de un linaje político que muchos ya conocen lo cual lo ubica en la derecha además recalcitrante y que demostró sin reato ninguno a través de un coscorrón a uno de sus escoltas, hecho que le valió la pérdida valiosa no solo de su imagen si no de algunos votos de los pocos que obtuvo para esta elección.

El segundo y como es de amplio conocimiento una izquierda que nunca ha llegado al poder dado los métodos usados para tratar de llegar a ello y el ultimo Bastión de una derecha con un poco más de desparpajo con la que muchísima “gente de bien se identifica” .

fue una campaña llena de mucha, pero muchísima, publicidad sobre todo de la negra. Una vez fuera del camino Vargas Lleras, se redujo el discurso y que sigue vigente a Izquierda y Derecha, que se conecta además con los modelos económicos de socialismo/comunismo y capitalismo.

Atiborraron las redes mostradonos la foto del vecino país de gente haciendo colas para comprar insumos de primera necesidad como si hubieran podido corregir el mismo escenario para reclamar un diclofenaco por que la ley 100 se da el lujo de escoger de qué se puede morir la gente, por acá. Filas que en ambas partes se producen por la misma razón preservar la vida.

Circulaban fotos de gente raquítica muriendo de pura y física hambre, como si el escenario de La Guajira, con las poblaciones indígenas distara mucho de lo que nos mostraban.

Una gran cantidad de exiliados en otros países como muestra del desborde del abuso de poder y persecución, como si por Colombia no nos clasificaran nuestras tendencias ideológicas para conseguir un empleo.

Y es que sí nos parecemos y mucho: colores de la bandera, gastronomía y estamos culturalmente indivisibles con el joropo, pero las similitudes que usaron para asustar son las mismas que existen en Colombia hace más de 50 años.

El resultado de todas esas imágenes sin duda alguna habría de verse reflejado en las urnas con el éxito del actual presidente, pero es demasiado básico en el nivel del análisis reducir la discusión del desarrollo de un país a Derecha o Izquierda, si en realidad persiguen exactamente lo mismo poder y burocracia.

No es secreto para el mundo que los modelos económicos con tendencia de izquierda hayan sido un fracaso, como tampoco menos importante que los modelos económicos de tendencia de “gente de bien” han propiciado que la brecha económica sea mucho más grande, a lo largo de los años.

Lo cual pondría de presente que en realidad son las políticas públicas de quienes gobiernan las que terminan generando pobreza miseria hambre y debacles económicos, es posible que ad portas de las nuevas elecciones se acuda al mismo discurso que dicho sea de paso fue usado en Estados Unidos, sin resultados (realmente Dios bendijo a Estados Unidos).

El análisis debe ser interno. Las carencias, las necesidades, las fallas. Preocupa que, en pleno siglo XXI tenga el país del Sagrado Corazón que acudir al miedo y no al razonamiento para ir a las urnas.

Una presidencia deberá ser escogida sobre la base de lo que se quiere como país, jamás por el que diga alguien. Nunca por un extremista que aviva el rencor y genera más divisiones y que nos haya ganado el miedo de ser como Venezuela cuando ya lo éramos, urge el análisis del voto ojo con el 2022.

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