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A Propósito de… Salud o trabajo

Este tema más que un dilema es bastante oportuno en estos días. Casi es igual como la observación de: si fue primero el huevo o la gallina. Son bienes preciados amparados como derecho fundamental.

La salud tiene conexidad con la vida. El derecho a la vida está plasmado en el artículo 3. ° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. De allí se desprenden derechos intrínsecos como la salud.

En la Ley Estatutaria No. 1751 se establece que: “El derecho fundamental a la salud es autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colectivo. Comprende el acceso a los servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el mejoramiento y la promoción de la salud. El Estado adoptará políticas para asegurar la igualdad de trato y oportunidades en el acceso a las actividades de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación para todas las personas”.

“El Estado es responsable de respetar, proteger y garantizar el goce efectivo del derecho fundamental a la salud”.

Lo anterior viene relacionado con las normas expedidas por el gobierno dentro de la emergencia sanitaria que padecemos a causa del Covid-19 y que conlleva necesariamente a una emergencia económica como producto de la situación y de las medidas tomadas en beneficio de una ciudadanía por lo demás bastante indisciplinada socialmente.

Pero a su vez, se contrapone, al decir del sector económico a la recuperación de la vida productiva, que necesariamente sería producto del trabajado honesto para subsistir.

El gobierno acaba de expedir un decreto 811 de 2020 en un afán ocasionando por la crisis actual donde se facilitaría la venta de activos estatales.

Piden igualmente el sector productivo una actividad más directa para aliviar la situación financiera en sectores como la aviación, el turismo pero que se debería generalizar a todos los sectores económicos del país.

La presión en cierta medida justificada para “abrir la economía” también nos puede llevar al cataclismo sanitario.

Todos los sectores productivos apelan al levantamiento, poco a poco, de la medida de confinamiento “voluntario”, pero, los resultados no son los mejores.

Ante la ya comprobada indisciplina social, los mandatarios locales deben ser rígidos en ello por cuanto se trata de medidas “disciplinarias” que aunque no sean bien vistas y aceptadas por la comunidad, son necesarias.

La indisciplina social no tiene estratos, afecta igual a todos esa actitud que me atrevería a calificar como “demencial”.

El alcalde Ordosgoitia ante el avance del contagio deberá ampliar el cierre de barrios como medida sana, tanto en el norte como en el sur de la ciudad.

Ahora bien, el trabajo es un derecho fundamental de la libre elección del mismo, en condiciones equitativas y satisfactorias.

Sin trabajo no hay ingresos y sin ingresos no hay una economía sólida que permita satisfacer, por lo menos, las necesidades básicas del ser humano y de su familia. Pero, sin salud, nadie puede trabajar y allí radica esta reflexión.

Debemos primero velar por la salud, prever las condiciones para que no nos afecte en nuestro trabajo.

Las actuales condiciones conllevan a aceptar la realidad, estamos viviendo una situación gravísima para los pilares de la vida, la salud y el trabajo.

Debemos ser consciente de lo anterior y procurar cuidarnos para evitar el contagio y en muchos casos la muerte.

A causa de la pandemia, también se ha notado el afán de muchos de hacer emprendimiento y es meritorio que surjan nuevas actividades, muchas de ellas familiares para la reactivación de la economía.

Lo más importante que que el gobierno se comprometa a apoyarlas en y pos pandemia.

Históricamente el período post es es el más importante por cuanto recae toda la responsabilidad de recomponer la economía y dar pautas para ello, ofreciendo oportunidades en todos los sectores que están sufriendo las consecuencias en esta situación.

Solo basta el ejemplo de la Cámara de Comercio de Bogotá que debería ser replicado en nuestro medio, solo accediendo a su página web para conocer las iniciativas en procura de la tan mentada reactivación con el fin de superar la emergencia sanitaria.

Veamos algunas: El Gobierno Nacional, comprometido con el respaldo permanente a las Mipymes en Colombia, anunció la creación de un nuevo programa de garantías por $12 billones, así como de otros apoyos financieros. El respaldo se dará a través del Fondo Nacional de Garantías –FNG S.A.

Línea para el escalamiento empresarial del sector turístico con el apoyo de Bancoldex y así muchos más.

Eso nos indica que los recursos y el comprometimiento del gobierno nacional están disponibles y solo se necesitaría hacer gestión.

Por otra parte, la alerta roja en el departamento es una medida sustancialmente acertada como necesaria y el toque de queda en los fines de semana, por parte del señor alcalde igualmente.

Si no aprendemos a cuidarnos toca como a los niños chiquitos obligarlos.

En fin, esta reflexión va encaminada a resaltar que debemos ser prudentes en el manejo ciudadano de la pandemia y ajustar la economía a los tiempos, con la esperanza de tener salud para salir adelante.

Ab Iove principium – Empezar con lo importante.


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