A Propósito de… Elegía a héroes ‘anónimos’

Con la pandemia que azota al mundo y Montería no es la excepción, se han producido fallecimientos de personas todas respetables y llenas a amor hacia sus respectivas familias.

Héroes anónimos que pocos pueden identificar y son reconocidos como números de estadísticas diarias en los informes de las autoridades sanitarias.

Cada lector, conocerá la identidad de su amigo, familiar o vecino que fueron víctimas de ese mortal virus, muchos de ellos tuvieron la desafortunada situación de padecer el fallecimiento de más de dos seres queridos.

El mundo se estremece a diario con las noticias luctuosas y solo se recibe con un pálido regocijo la disminución en los casos positivos y el aumento de los recuperados, como consecuencia de los cuidados personales que fue la única solución de tratar de contrarrestar el avance del Covid, ante la ausencia de una vacuna.

Los sentimientos de los familiares no dejan de ser perturbadores, ver morir al ser querido alejado de todos, sin poder despedirlo personalmente y menos aún acompañarlo a su sepulcro.

Todos conocemos que en una sociedad como la nuestra que tenemos enraizados la costumbre mortuoria, arroja un halo de tristeza profunda que agrieta nuestros corazones de por sí, adoloridos con una situación incontrolable por lo menos en su principio, cuando ya había costado pérdidas humanas considerables.

Muchos amigos y familiares entrañables se nos fueron pero los recuerdos de cada uno de ellos quedarán grabados en nuestros corazones.

Dios permita, que continúe el virus controlado para minimizar los estragos hasta que aparezca la bendita vacuna.

Estudios realizados por la Naval Medical University de Shangai, estableció que “la prevalencia de síntomas asociados al estrés postraumático se daba en un 7% de la población de las ciudades más castigadas por el virus un mes después del brote”.

Para ello se necesite una clara política de salud mental que contrarreste las consecuencias mentales no solo de los afectados recuperados sino de los familiares de las víctimas fatales.

Es por eso que las autoridades preocupadas por la pos pandemia en materia económica,se ha olvidado en ofrecer ayuda sicológica y acompañamiento a los familiares de las miles de personas fallecidas.

Se debería aplicar la sociología con todos los familiares más cercanos que se encuentran ante una situación tan dramática como extrema. Y aun así, todavía les resulta difícil comprender lo sucedido en las últimas semanas.

En España por ejemplo, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid puso en marcha un servicio de intervención psicológica en duelo para ayudar a las familias de las personas que han fallecido por causa del virus como complemento del estado en que quedan los familiarizares.

Expresa el Colegio que: “La experiencia nos dice que la muerte de un ser querido, lo que habitualmente llamamos duelo, es un acontecimiento especialmente duro y doloroso que, normalmente, atravesamos sin necesidad de apoyo psicológico de profesionales…”.

La historia deberá recuperar los nombres de los fallecidos, honrar su recuerdo y dejar establecido para las nuevas generaciones ese registro lamentable.

Nota al margen I. Nunca debemos dejar de agradecer al cuerpo médico que esta enfrentando día a día la posibilidad de brindar la salud a las víctimas del Covid.

Nota al margen II. Interesante esta noticia de (CNN) — A medida que 2020 avanza y probablemente infecte el 2021, intenta no desanimarte con un hecho desconcertante: lo más probable es que las cosas nunca “vuelvan a la normalidad”.

Acuti morbi in quattuordecim diebus iudicantur – Las enfermedades agudas se resuelven en catorce días (Máxima Médica – Hipócrates ).

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